lunes, 29 de marzo de 2010

Diferentes pensamientos...

Me gusta planchar, 
siempre y cuando no se acumule mucha ropa.
Así está bien, porque no tiene arrugas y es solo una prenda, ¡genial!

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Tendría que variar de deporte, la natación ya me aburre...

Aunque no sé si lo veo muy seguro para mis integridades.

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Tengo que comprar ropa de cama.


Esta manta parece muy abrigadita, ¡¡ tiene que dar un calorcito!!

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 Y alguna toallita tampoco vendría mal.



Para compartir con los amigos en los días de verano en el río, 
que sean de buen gramaje, y 100% algodón.

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Mira, calzoncillos tengo de sobra.

A lo mejor le regalo alguno a este pobre que parece que anda mal.

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¿Y un tatuaje? 


Uno discreto como el de este chico estaría bien, ¿verdad?

Creo que lo han soltado....


Y está a punto de caer por aquí.
¡¡Permanezcan atentooooos!!

viernes, 26 de marzo de 2010



Jorgito y Fernandito se fueron a la Italia.
Por lo menos unas gomitas ya nos traerán.

jueves, 18 de marzo de 2010

Preguntas....¿respondes?

¿Las brújulas se estropean?
¿Las personas se cansan de las personas?
¿El tiempo se reduce con el paso del tiempo?
¿La soledad produce más soledad?

¿Los ojos de los demás ven lo que tu ves?
¿Por qué los coladores tienen que tener agujeros?
¿Los pelos son bromistas por naturaleza?
¿Por qué pintamos de colores las paredes?

sábado, 13 de marzo de 2010

Cena en casa de las chicas, con lámpara wifi y todo!!!

Con lo que éramos con las fotos, ¿cómo es que ayer no nos dimos cuenta de sacarnos ni una? Esto no tiene perdón. Bueno, aunque no haya pruebas en pixeles y bytes está claro que nos lo pasamos muy bien en compañía de nuestros amigos y amigas.

Las rabas vegetales muy conseguidas. Así pomposas y calentitas para iniciar la velada nos sedujeron desde el inicio. El paté endulzadito con la confitura de frambuesa muy rico. Te hacía saltitos en la lengua entre el dulce y el salado. El jamón no ha de faltar en una velada como ésta, aunque fuera animal de pezuña y no rumiante, porque no nos importa estar inmúndamente bien alimentados. Para compensar ya le dimos bien al queso de los rumiantes. Y bueno, buenorro estaba el secreto ibérico. Sabrosito. Acompañado de una compota de pera rica, rica, rica. Con sus patatitas intercaladas, horneadas. Y de postre. Unos mega goxuas, bueno más bien giga goxuas. Muy ricos. Y para personas viciosas no faltó la fondue de chocolate, con fresas y mandarinas.

Muy bien chicas, así se hace una cena de inauguración.


Pero......


......como no hay pruebas fehacientes de la realización de la misma,  queda anulada la cena de inauguración del piso de las chicas y se repite en breve. He dicho. :)


miércoles, 10 de marzo de 2010

Ovillos.

Me acuerdo cuando de pequeño se deshacía un jersey de lana. Me encantaba hacerlo a mi. Tirar y tirar y ver como algo que tenía un uso, con forma y colores iba desapareciendo por el simple hecho de tirar de un hilo. Ese hilo se quedaba retorcido con la forma del punto, y hacías un nuevo ovillo de lana. Una nueva  bola de color. De ahí tu abuela o tu madre hacía surgir una bufanda, una chaqueta, unos guantes. Y todo con dos pequeñas lanzas de hierro, que más tarde fueron de plástico con su botón final de color rojo, con un número que significaba su grosor.
Siempre me hizo gracia el punto bobo. Me lo imaginaba un punto muy simpático, siempre mirando al cielo, sintiéndose muy simple. Y cuando el punto era del revés, me lo imaginaba cabeza abajo, pensando  en como ponerse del derecho, impedido por el hilo y con cara de estreñido. El punto del derecho tenía que ser muy firme. En formación. Y el punto inglés, con bombín. Hablando raro todo el rato con sus infinitos compañeros. Y ya si se hacían ochos, eso me parecía imposible de saber hacer. Un ocho, otro ocho y así muchos ochos.
Mientras yo, con los brazos en alto y sujetando la madeja, y mi tía enredando alrededor de mis brazos y mis manos el hilo de lana. Me cansaba y le daba el cambiazo con la silla. Ya no era divertido. Era mejor tirar los ovillos por el suelo y jugar como si fueran pelotas. Yo era pequeño y me medían las manos para hacerme unos guantes de lana. Otra vuelta, o dos más, y ya está. Una del derecho y otra del revés. En la cocina, al calor de la lumbre. Los hilos se hacían y se deshacían sin parar. Eso sí que era reciclar.

domingo, 7 de marzo de 2010

Retorno a Hansala.



Si os habéis quedado en casa hoy como yo, habréis podido disfrutar de una película titulada
"Retorno a Hansala". Sobre todo la parte final, sobrecogedora. Os la recomiendo.

sábado, 6 de marzo de 2010

Han sido unos cuantos días sin andar por aquí y después de quince años de tener internet en casa ha sido duro, pero no insuperable. He visto más televisión, he hecho más deporte y me he aburrido en algunos momentos. Ahora entiendo a los -manos, y a los -icos, esa sensación de que te falta algo.... :)

Bueno, voy a ver que ha pasado por estos lares en esta quincena...

Pero antes os dejo con una canción de un grupo que redescubrí el otro día por la radio.