Hay veces que se me acaba la
energía. Son momentos en que necesito que alguien me alimente. Que me dé un
empujoncito, un ánimo, una sonrisa, una broma. A veces se me hace cuesta arriba
seguir sonriendo, seguir hablando, seguir comprendiendo, seguir cediendo. Pero
tampoco quiero ya enfadarme con los demás, no merece la pena. Quiero reír. Es
mi gasolina. Y sé que no tengo razón...
No hay comentarios:
Publicar un comentario