miércoles, 9 de julio de 2008

Sesión de OT, cumpleaños, cena de bienvenida, todo junto en uno, como el 3 en 1.



El jamoncito rico, rico, rico, se deshacía en la boca como todo lo bueno, como los verdaderos m&ms.

Esa ensalada llena de gulas, que solo les faltaba el rimel de max factor en los ojos para parecer de la ría de Bilbao!

Ese paté con su crema de manzana golden dulcificando el sabor del hígado del ánade.

Esa colección de quesos que más parecía una exposición del Guggenheim, haciendo del gusto, el olfato y la vista un todo sobre ellos.

Esos langostinos, curvados sobre su espalda en su justa medida como un saltador de trampolín olímpico. Con sus bigotitos y sus patitas haciéndote cosquillas cuando se entregaban a tu boca. Soltando ese jugo sabroso que solo los langostinos en su punto de plancha saben desprender.

Acabando todo este desfile de sabores con un riquísimo sorbete al cava. En el cual se bañaba una cereza al más puro Esther Williams, sabedora que cuanto más permaneciera en ese líquido achampanado más dentro de sí le llegaría el sabor a todos sus puntos equidistantes desde su hueso.

¿Se puede pedir más?

Porque si buena estaba la vianda más los comensales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y mi tortilla de patata ?

Doger dijo...

Odio estas entradas culinarias, lo sabe. Zorionak para el cumpleañero!!!