martes, 2 de febrero de 2010

Un día más volveré a las fronteras de la vida. Donde las miradas se pierden entre calor y corrientes de aire. Donde la luz del sol no suele visitar los pasillos, siempre iluminados por la luz gris amarillenta de los tubos de gas. Donde el silencio taladra el silencio. Donde las horas parecen multiplicarse por dos. Oscuras, cada vez más oscuras. Lo último que oyes es el rodar de un carro, tres paradas, tres golpes secos en intervalos de un minuto y luego, luego solo queda esperar, esperar, esperar, la noche se triplica en negro, y esperar, y esperar.....

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